Nombre: J.J.
Edad: 30
País: Chile
Edad: 30
País: Chile
Llegué a Santiago de Chile el 13 de
Marzo del 2018. Desde entonces estoy viviendo en casa de mis primos que ya
tienen dos años aquí. Mi esposa y mi hija de tres años se quedaron en Venezuela
ya que no teníamos los medios económicos para venirnos todos de una sola vez.
Yo me vine con la maleta cargada de sueños pero también de tristeza por dejarlas,
incertidumbre de no saber cuándo nos volveríamos a ver y la inmensa
responsabilidad de trabajar y conseguir reunir el dinero para que esa
separación no fuera tan larga. Todos los días me he levantado y acostado con la
preocupación de saber que mi esposa está sola con la niña en Venezuela, donde
conseguir lo más básico como es la comida o tomar un bus hasta la casa, es una
verdadera odisea. Me he sentido culpable, pero eso sólo ha hecho que mi nivel
de compromiso se eleve, por ellas dos. A los pocos días de estar aquí hice unos
contactos que me llevaron a trabajar en Uber, aprovechando que aún como
turista, podía manejar con la licencia de conducir venezolana. Comencé a
trabajar en eso con algo de temor porque no conocía la ciudad. Trabajé unas 10
horas diarias, en promedio, sin descanso durante semanas. Sin embargo lo que
gané el primer mes no me alcanzó para ahorrar lo que tenía estipulado. Los
pasajes de mi esposa y mi hija me costaban 1100 dólares aproximadamente, con la
aerolínea más económica. Por lo cual, yo me había establecido un plazo de al
menos 4-5 meses, ahorrando unos 300 dólares al mes, para poder traerlas. Así
que me tocó comenzar a trabajar más duro. Había días en los que trabajaba hasta
12-16 horas, metido en el carro, ruleteando sin descanso, para poder llegar a
la meta de ahorro.
En esos días (Abril 2018), el gobierno
chileno implantó un nuevo mecanismo para que los venezolanos emigraran a Chile,
la Visa de Responsabilidad Democrática. A mi esposa y a mi nos pareció una gran
oportunidad y comenzamos a tramitar lo necesario para que ella la solicitara.
Eso nos facilitaría las cosas puesto que de esa forma ella podría comenzar a
trabajar al llegar aquí. En ese momento, los requisitos eran simplemente
antecedentes penales apostillados y pasaporte. Todo venezolano sabe lo que
cuesta sacar una apostilla en estos momentos en Venezuela, finalmente lo
logramos luego de un mes y algo, mi esposa introdujo la solicitud de la VRD y
estábamos contentos. Sin saber que unos pocos días después, en el mes de Junio,
el consulado de Chile agregaría dos nuevos requisitos: Pasaporte con al menos
18 meses de vigencia y Partida de Nacimiento apostillada de los menores de
edad. Pensamos que esos requisitos no afectaban a las solicitudes que habían
entrado antes de esa fecha, pero luego entendimos que sí. Un funcionario del
consulado en Caracas, explicó a varias personas que fueron a preguntar, que
estos requisitos comenzaban a aplicar de forma retroactiva, es decir, a todas
las solicitudes desde Abril. Yo estaba devastado, mi esposa mucho más, todas
nuestras esperanzas de reunirnos pronto se esfumaron, ya que ni ella ni la niña
cumplían con los requisitos. Sus pasaportes vencían en unos meses y todos
sabemos que renovar un pasaporte en Venezuela puede tomar una eternidad. A la
fecha de hoy, seguimos separados, mi esposa no ha tenido respuesta aún del
consulado, pese a que su solicitud se hizo en Junio de este año. Al parecer,
según los comentarios que leemos por las redes, las VRD tardan hasta 6 meses en
ser aprobadas. Hemos sabido de casos en los que han sido rechazadas, por
pasaportes que no tenían los 18 meses de vigencia. Mientras tanto, mi esposa
sigue esperando obtener las prórrogas de los pasaportes ya que decidimos no
renovar sino solicitar prórrogas, porque según, las prórrogas saldrían más
rápido. Yo ya tengo un nuevo trabajo, el dinero listo para comprar sus pasajes
y las ansias de que esta separación termine muy pronto. Necesito reunirme de
nuevo con mi familia.
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