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Superando las incomodidades

Nombre: Carlota 
Edad: 25 
País: Chile 
Me vine a Chile en Noviembre de 2017 cuando todavía se podía solicitar la visa con contrato de trabajo estando aquí (cuando sacaron la visa de responsabilidad democrática eliminaron esta opción). Solicité la visa de residente por oferta laboral gracias a una vieja amiga de mi familia que tiene una Pyme en Santiago. Soy TSU en administración pero todavía no he logrado conseguir un trabajo en mi área. He tocado todas las puertas posibles en Santiago, pero hasta ahora nada ha salido. Por el momento trabajo en una gran cadena de supermercados. Ahí he recibido muy buen trato de mis compañeros de trabajo, me gusta el ambiente aunque el sueldo es a penas suficiente. He conocido muy buenas personas acá y aunque todavía me cuesta un poco entender la forma de hablar del chileno, me he ido acostumbrando poco a poco. Si hay algo a lo que me ha costado adaptarme es al clima, extraño la estabilidad del clima en Venezuela, el olor y el sabor de la comida. La experiencia que más me ha marcado es tener que compartir un apartamento con personas totalmente desconocidas. Alquilé una habitación en Providencia, en un apartamento con tres venezolanas, compartiendo un baño. Esto ha sido lo más difícil para mi ya que en Venezuela nunca tuve necesidad de compartir mi cuarto, ni mi baño. Vivíamos en una casa muy grande y allí, mis hermanas y yo, teníamos un cuarto y un baño para cada una. El independizarse de los padres trae muchas satisfacciones a nivel personal, el emigrar y lograr sostenerse por uno mismo también, pero en el proceso hay que superar situaciones incómodas y desagradables. Solo espero poder conseguir un mejor empleo y ojalá sea en mi área de estudio, para poder mudarme sola, no importa que sea a un sitio muy pequeño, pero al menos tener libertad en la intimidad de mi casa, sin tener que esconder mis pertenencias, mi dinero y hasta mi comida bajo llave.

Condición de legalidad: Residente
Tiempo en el extranjero: 1 año
Emigró sola.


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